Gobernadores, el jefe de gobierno y el precio de la gasolina
COMPARTIR
TEMAS
¿Por qué concepto y quién recibe lo que pagamos cuando cargamos un litro de gasolina? Esta pregunta merece una contestación para que la serenidad regrese a la población.
Algunos antecedentes son útiles para comprender lo que está pasando. Con la Reforma Energética el suministro de combustibles automotrices derivados del petróleo deja de ser responsabilidad exclusiva del Estado. Como ahora las empresas privadas sí pueden entrar a la importación, almacenamiento, distribución, transporte y comercialización de combustibles automotrices, la estructura del precio final al consumidor debe tener un espacio para incentivar la inversión y cubrir costos de operación en estas áreas.
Para el caso mexicano, tenemos que empezar por reconocer que la infraestructura requerida a la largo de la cadena de abastecimiento es totalmente insuficiente en el país. La insuficiencia no se muestra sólo por las comparaciones internacionales en términos de número de gasolineras, ductos, infraestructura en puertos, bodegas de almacenamiento. El sentido común nos alerta que tener nivel de inventarios de menos de una semana es escandalosamente bajo. Es un milagro que por tantos años, con esos márgenes tan estrechos no hubiéramos tenido crisis para abastecer el tanque de combustible de nuestros vehículos. Es este componente, que comprende los costos de transporte, internación, flete y distribución, que antes no estaba plenamente reconocido en el precio final de la gasolina el que metió el ruido.
Los otros componentes del precio de la gasolina para el caso de México son: el precio de referencia internacional de la gasolina, los impuestos y el margen comercial para las gasolineras.
En cuanto al precio de referencia internacional de la gasolina, éste fluctuará de acuerdo a las variaciones en el precio del petróleo y el tipo de cambio.
El otro componente en el precio final de la gasolina es el de los impuestos. Aquí entran el Impuesto Especial a la Producción y Servicios (IEPS), tanto federal como estatal, más el IVA. El IEPS es de cuota fija; es un monto establecido en pesos y centavos por litro para todo el año. El IVA es un porcentaje conocido de 16%. Desde el 1 de enero de 2017, los IEPS representan aproximadamente para la Magna 27% del precio total. De IEPS federal son 4.30 pesos por litro (ppl) para la Premium; 3.64 ppl para la Magna y 4.73 ppl por diésel. Para el IEPS estatal son 38 centavos por litro (cpl) para Magna; 46.37 cpl para Premium y 31.54 cpl. De lo que se recauda por IEPS federal, 21% lo reciben los gobiernos estatales y la CDMX por participaciones en los ingresos federales. Esto significa que de la suma del IEPS federal y estatal las entidades se llevan por litro: 1.28 pesos por Magna, 1.23 pesos por Premium y 99 pesos por Diesel (cálculos aproximados sin tomar en cuenta el estímulo fiscal).
Dicho lo anterior, en este periodo de malestar social los gobiernos estatales y de la CDMX han navegado como polizontes dejándole todo el costo político al Gobierno Federal. Si gobernadores y Jefe de Gobierno se oponen a la nueva fórmula, lo congruente es que pongan su dinero donde ponen su boca. Las entidades federativas, como receptores de ingresos por venta de gasolina, son la instancia mejor ubicada para otorgar subsidios dirigidos a la población que de verdad los necesitan.
@jachavezpresa