G7 compromete más esfuerzos ante la crisis migratoria
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La Unión Europea (UE), que asiste como invitada a los encuentros del G7, pidió que se abordara en la agenda el tema de la migración después de que el bloque se viera abrumado por la llegada de más de un millón de refugiados el año pasado.
Los líderes del Grupo de los Siete (G7) se comprometieron hoy a aumentar los fondos para hacer frente a la grave crisis mundial de migrantes y refugiados, al término de dos días de reuniones en las que también abordaron el conflicto en Ucrania y los reclamos chinos en el mar de la China Meridional.
El grupo de países industrializados celebró la cumbre en la localidad japonesa de Ise-Shima con el objetivo de coordinar su respuesta a una serie de desafíos y prioridades en los próximos meses.
La Unión Europea (UE), que asiste como invitada a los encuentros del G7, pidió que se abordara en la agenda el tema de la migración después de que el bloque se viera abrumado por la llegada de más de un millón de refugiados el año pasado.
"El G7 reconoce que los movimientos a gran escala de migrantes y refugiados que se están produciendo son un desafío global que requiere una respuesta global", se lee en el comunicado, al tiempo que los líderes se comprometen "a aumentar la asistencia internacional para hacer frente a las necesidades inmediatas y a largo plazo de los refugiados (...) así como de las comunidades que los reciben".
Asimismo, prometen reforzar los canales legales para la migración, como los esquemas de distribución. Sin embargo, el texto no habla de cifras concretas.
La UE está "bastante satisfecha" con el resultado, dijo una fuente a condición de anonimato, aunque reconoció que las palabras tienen ahora que convertirse en hechos.
La mayoría de los refugiados están huyendo de la guerra en Siria e Irak.
El G7 prometió movilizar 3.600 millones de dólares en ayuda para Irak, en parte con el objetivo de frenar las causas de la migración, indicó la canciller alemana, Angela Merkel, y hacer frente al Estado Islámico (EI).
Los fondos, que estarán destinados a que Irak pueda hacer frente a sus problemas de presupuesto y a hacer reformas económicas, incluyen 500 millones de euros (560 millones de dólares) de un crédito ya anunciado antes por Alemania.
Los dirigentes también debatieron sobre el conflicto en el este de Ucrania, donde se acusa a Rusia de apoyar a los separatistas.
No hubo cambios respecto de las sanciones contra Rusia, que se mantienen pues están "claramente vinculadas" al cumplimiento de un proceso de paz firmado el año pasado en Minsk (Bielorrusia). Incluso podrían ser reforzadas si Moscú no cumple su parte, se indicó.
También tuvieron un papel importante en la cumbre las tensiones con China por la soberanía sobre el mar de la China Meridional, unas aguas ricas en materias primas y pesca y por las que pasan rutas de navegación importantes.
En el texto aprobado en Ise-Shima, los líderes pidieron una solución pacífica para la disputa a través del derecho internacional. Todas las partes deberían renunciar a "medidas unilaterales" que aumentan las tensiones y renunciar "a la violencia o medidas coercitivas para imponer sus reclamos", se indicó.
El G7 exigió además que se pueda navegar y sobrevolar esas aguas libremente. China no es mencionado en la declaración de manera expresa, pese a lo cual Pekín reaccionó indignado tras haber pedido el jueves al grupo que no se inmiscuyera en este tema.
China está "claramente insatisfecha" con el comportamiento del G7, dijo una portavoz del Ministerio de Exteriores chino. Que el grupo se entrometa en este asunto no ayuda a la estabilidad de la región, añadió.
El gigante asiático reclama la soberanía sobre casi la totalidad del mar de la China Meridional, hecho por el que se enfrenta a Filipinas, Brunei, Malasia, Vietnam y Taiwan. Pekín ha construido islas artificiales y pistas de aterrizaje para dar mayor sustento a su demanda.
La inestabilidad económica mundial fue el tema central de la cumbre, de la que el primer ministro japonés, Shinzo Abe, esperaba apoyo a su política de inyección de dinero para impulsar la coyuntura. Sin embargo, Alemania se opone a esta política por lo que al final las partes llegaron a una solución intermedia.
El aspecto de cómo mejorar el rendimiento económico fue el más difícil de consensuar en el texto conjunto, dijo la fuente de la UE. Finalmente, el G7 acordó "reafirmar el papel importante de los refuerzos mutuos entre las políticas fiscal, monetaria y estructural". Y que cada país pueda elegir la combinación de medidas más favorable.
Cada uno se dio por ganador. Abe indicó que eso implica que su política de gastos puede seguir adelante, mientras que Merkel recordó que también se mencionan "esfuerzos para mantener la deuda en una senda sustentable".
Respecto del referéndum que se celebrará en Reino Unido el 23 de junio sobre su permanencia en la UE, los líderes alertaron del peligro para la economía mundial de la salida del país del bloque ("Brexit").
"Una salida de Reino Unido de la UE revertiría la tendencia hacia un mayor comercio e inversiones a nivel global y los puestos de trabajo que crean, y es otro grave riesgo para el crecimiento", indicaron en la declaración final.
"Pienso que tenemos que escuchar a nuestros amigos, deberíamos escuchar a la gente que nos quiere bien", señaló el primer ministro británico, David Cameron, que es partidario de permanecer en la UE.
Merkel elogió por su parte que la cumbre haya aprobado una serie de planes de acción: para combatir la corrupción, el terrorismo, los ciberataques y mejorar la salud. "Hemos aprendido del ébola", dijo, al tiempo que calificó el encuentro de "un éxito".
El G7 está integrado por Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos.
