‘Fue la peor de las traiciones’

ESTIMADA ANA:
Mi esposo siempre ha sido una persona muy introvertida, nunca expresa sus sentimientos, a diferencia de mi, que soy todo lo contrario, me comunico con facilidad, tengo muchas amistades y me encanta convivir con las personas.

Yo siempre acepté su manera de ser y aprendí a vivir así, respetando sus decisiones en ese sentido. Tenemos dos hijos que casi son adolescentes, la diferencia en edades es por menos de dos años. Nuestra vida en matrimonio ha transcurrido de lo más normal.

Pero en los últimos dos o casi tres años, se podría decir que por la vida tan ajetreada que llevamos entre el trabajo y la atención a los hijos, hemos vivido prácticamente como amigos, entre nosotros se fue terminando esa chispa que hay en los matrimonios, todo se fue convirtiendo en una rutina, incluso en el aspecto íntimo.

Para mi gran sorpresa, hace más o menos dos meses, un día en la noche me dijo que quería platicar conmigo porque tenía algo importante qué decirme. A mi me sorprendió porque jamás lo había hecho, él es muy callado y serio y la verdad hasta me preocupé.

Me dijo que ya no podía más con esta situación y me advirtió que si en un plazo de dos meses nuestro matrimonio no mejoraba, quería el divorcio, pues conoció a una muchacha más joven obviamente, que según él lo escucha, lo sabe entender, lo comprende y lo quiere a pesar de su forma de ser.

No quise preguntarle desde cuándo tenía esa relación pero verdaderamente fue un duro golpe para mi. Me siento engañada y traicionada. Me duele mucho esta situación, es algo que jamás había pasado por mi mente, definitivamente no me lo esperaba.

Lo más increíble es que me dijo que no piensa dejarnos, que su deseo es quedarse en nuestra casa conmigo y con nuestros hijos, que lo de la otra mujer es solo una aventura, pero tampoco me dice que ya no hay nada entre ellos.

Me siento confundida porque muy continuamente me abraza y me dice que me quiere hacemos planes a futuro y nuestra vida íntima ha cambiado enormemente. Pero nunca me dice que lo otro se terminó y no sé cómo continuar así, ¿acaso tengo que aceptar que él tenga otra relación? Me siento entre la espada y la pared. 
Aneth
 
ESTIMADA ANETH:
Bueno, definitivamente, al aparecer una tercera persona en cualquier relación, es síntoma claro que las cosas no están del todo bien. Como bien dices, el trabajo, al rutina, atender a los hijos… infinidad de cosas que podemos mencionar como motivos para que una relación vaya deteriorándose.

La ventaja en este caso es que ambos están consientes de que algo está sucediendo y no solo eso, sino que él abiertamente acepta que hay una persona más en su vida, y eso puede ser el comienzo del rescate de la relación.

Habrá que poner todo de su parte, ambos deben de entregarse al cien por ciento a su matrimonio, procurar que no se pierda el encanto y la chispa diaria, que haya comunicación no solo verbal, sino física, que los dos estén dispuestos a poner de su parte para no acabe.

No sé que tan cierto sea la existencia de la otra persona, pero más bien puede sonar a un pretexto que tu esposo te está poniendo, a manera de ultimátum, pues es obvio que no quiere irse, él quiere permanecer contigo y sus hijos y además está cambiando su forma de ser para bien, se ha vuelto expresivo y cariñoso, algo que nunca había sucedido.

Piensa en esa posibilidad, tal vez sea solo una sacudida que a ambos les hacía falta, para retomar con más fuerza su relación de pareja, no solo como compañeros de habitación que tienen dos hijos en común, sino como una pareja de enamorados que no quieren perderse.

Busquen espacios y momentos para ustedes como pareja, de esa manera se producirá esa aproximación afectiva que se había perdido. Mantengan una buena comunicación, expresen sus sentimientos, pensamientos y emociones y las cosas fluirán de la mejor manera. Ánimo.
ANA