Federer acepta su nuevo rol en Australia
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El suizo, antiguo número uno del mundo, está considerado este año como un “tapado” tras pasar casi seis meses sin competir y ubicarse en el puesto 17 del ranking mundial, hecho que el atleta se tomó con humor
MELBOURNE.- Roger Federer y el 17 llevan asociados desde Wimbledon 2012. Pero ese número cobra ahora, precisamente en el inicio de 2017, un segundo y revelador significado para el tenista suizo.
El legendario diestro conquistó sobre la hierba de Wimbledon hace ahora cuatro años y medio su último Grand Slam. Era el número 17, con el que ponía tierra de por medio con aquellos que luchaban con él por el olimpo del tenis.
Pero esos tiempos de champagne y festejos parecen muy lejanos para Federer, que a sus 35 años afronta a partir de hoy el Abierto de Australia como el cabeza de serie número 17. Su primer rival será el austríaco Jürgen Melzer.
Aunque para muchos cueste creerlo, Federer está actualmente en el puesto 17 del ranking mundial, víctima de una lesión de rodilla que no le dejó competir desde julio del año pasado, pero víctima también del inexorable paso del tiempo.
Hay que retroceder al 10 de junio de 2001, hace más de 15 años, para ver al maestro suizo en un puesto peor en el escalafón mundial. Aquel Federer tenía 20 años y aún le quedaban dos temporadas para ganar su primer Grand Slam.
“Prefiero ser el favorito, pero ir de tapado está bien”, dijo en Melbourne cuando le preguntaron por ese número 17 que aparece junto a su nombre en el cuadro masculino. “Será divertido siempre que desde el punto de vista de la salud pueda jugar cuatro o cinco sets y pueda jugar varios partidos seguidos. Si siento dolor, obviamente no será tan divertido. Así que no importa la preclasificación o el ranking de cada uno”.
Tras seis meses sin competir -en enero reapareció en el torneo de exhibición de la Copa Hopman-, el regreso del que para muchos es el mejor tenista de todos los tiempos despierta ciertas dudas, al menos para el legendario John McEnroe.
“No lo veo ganando otro grande, la verdad”, dijo el extenista estadounidense hace menos de dos semanas. “No lo imagino venciendo siete partidos contra rivales de mucho nivel. Seguirá entrenando duro y volverá a hacerlo bien, sobre todo en Wimbledon, pero no sé...”
Si quiere ganar el 29 de enero la final de Australia, Federer tendrá que sortear, según la lógica, un cuadro de altura. Se mediría a Tomas Berdych en tercera ronda, a Kei Nishikori en octavos, al británico Murray en cuartos, a Stanislas Wawrinka en semifinales y a Novak Djokovic en la final.
“Es un buen cuadro porque significa que estoy en el cuadro”, dijo Federer mirando el lado positivo del asunto. “Estoy encantado de estar aquí, de tener la oportunidad de ganar partidos. ¿Cuántos? Habrá que esperar, soy cauto. Así que sí, este año soy un tapado”.
Tapado o no, habrá algo que no perderá jamás Federer: el aura de tenista perfecto, de maestro, que le persiguió desde que se empezó a ganar el afecto de los aficionados en los grandes escenarios del mundo.
“Con Roger siempre puedes ver un tenis de la más alta calidad. Me refiero a todo lo que conlleva. Es el aura de campeón fuera y dentro de la pista. El deporte lo extrañó mucho”, dijo hoy Djokovic, actual número dos del ranking mundial.
Ahora bien, cuando le preguntan por la actualidad y por cómo volverá el suizo tras su lesión, Djokovic no es tan claro.
“El hecho de que estos seis meses fuera del circuito se deban a una lesión obviamente que será una preocupación”, dice “Nole”. “Pero con toda su experiencia, su talento y todo lo que consiguió, no creo que le lleve mucho tiempo volver a la zona competitiva”.
Falta poco para ver si podrá ser competitivo en Australia. El propio Federer, al menos, está confiado: “Entrené lo más duro que pude, así que estoy listo”. DPA
Prefiero ser el favorito, pero ir de tapado está bien”.