‘Estufa electoral’, a fuego alto
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Primero, desde hace semanas se ha hablado de una supuesta división que existe en el partido que hoy ocupa la gubernatura del Estado.
Analistas han reseñado en estas páginas que la división que aparenta haber en el PRI podría generar condiciones para que por primera vez haya alternancia en la entidad.
Algunos han identificado que existen al menos dos grupos que buscan posicionar sus fichas de cara al 2017.
En esa coyuntura, otros partidos como el PAN han ubicado un área de oportunidad que podría ser explotada para los próximos comicios. Sin embargo, a la par de ese punto identificado, hay quienes dicen que el mayor riesgo del PAN es ese: en aras de aprovechar la división del PRI, ellos también terminen divididos.
El juego político está próximo a arrancar oficialmente, faltan un par de semanas para que el proceso electoral comience formalmente, y hoy todas las fuerzas políticas –incluyendo los llamados independientes- juegan su rol en búsqueda de aprovechar cualquier debilidad de los rivales para posicionarse con sus fortalezas.
La elección de 2017 podría ser las elecciones más cerradas de la historia de Coahuila. Al menos así lo han identificado priístas como Salvador Hernández Vélez, quienes vislumbran un reñido juego electoral a partir de noviembre y que terminará decantándose en junio del próximo año.
Hoy en estas páginas, presentamos una entrevista con Jericó Abramo, quien llama a la unidad del PRI para contender en 2017. Un llamado que también realizó la semana pasada en su informe de actividades legislativas.
Con estos ingredientes, la “estufa electoral” comienza a ponerse a fuego alto.
Por un lado, un PRI que apela a la unidad en la definición de su candidato, en aras de evitar un resquebrajamiento que mine sus oportunidades de mantenerse en el poder.
Por otro, una Oposición que buscar llegar a consensos que eviten la atomización de capitales políticos que puedan jugar en el proceso de definición. Porque también para algunos, existen ciertos rasgos que denotan que podría presentarse una división conforme se acerque el tiempo de definiciones.
En esa coyuntura partidista, la sociedad esperaría que los partidos vayan trazando derroteros para la definición de sus mejores aspirantes.
Es cierto que la grilla puede resultar atractiva para un sector de la comunidad coahuilense, sin embargo, las definiciones que allí surjan deberán llevar a los mejores prospectos para la contienda de junio de 2017, que es lo más importante para el grueso de la sociedad.
Estamos a un par de semanas del arranque oficial del proceso electoral 2016-2017. Allí deberán ir tomando mayor forma los caminos que conducen hacia Palacio Rosa. Y con ello, deberemos contar con mayores elementos de quienes participarán en el proceso, dejando de lado a quienes solo les alcanza para aspirar.
En los últimos días hemos visto acusaciones entre partidos, señalizaciones e inclusive denuncias que denotan un tufo partidista en vías de debilitar al contrincante y tomar ventaja por parte del denunciante.
Los liderazgos panistas y priístas a nivel nacional han catalogado a Coahuila como una prioridad para 2017. Es cierto, se juega otra gubernatura con ciertas condiciones que despiertan el apetito electoral como lo es el Estado de México, pero en Coahuila hay condiciones que hacen atractiva la contienda.
Mientras los partidos históricamente tradicionales en el Estado afinan sus estrategias, otros contendientes también aprovechan sus espacios para posicionarse.
La baraja del juego se va abriendo. Aunque la sociedad espera que los estira y afloja partidistas lleven a una consecución, para así comenzar a ver perfiles que comiencen a trazar directrices mucho más claras de lo que se debe de discutir claramente del devenir en las próximas elecciones.
Que el fuego alto en la “estufa electoral”, nos vaya preparando un mejor platillo político.