¿Elogio del vegetarianismo? 2/2

Según los resultados de la investigación, los cuales le platiqué aquí en la columna anterior y que usted puede consultar en línea (tablas, estadística, nota completa) de la Universidad de Graz, los seres humanos que se decantan por el vegetarianismo en su vida, son propensos a sufrir depresión, sufren también ansiedad y claro, problemas de alimentación (gastrointestinal). Los veganos van al médico con más frecuencia y necesitan tratamientos más largos que los que habitualmente consumen carne en su dieta diaria.

No lo digo yo, insisto, lo dice el estudio referido. Avanzamos ¿Usted es vegetariano porque le gusta, por elección propia al evaluar lo terrible que es la carne, porque quiere salvar al mundo y a los animalitos, por vanidad, porque quiere estar flaco, porque lo dice la Biblia…? Todo es válido. Los hermanos vegetarianos Adventistas del Séptimo Día, ancilan su tirada de naipes en aquello de la Biblia que dio Dios como orden para su alimentación en Génesis 1:29: “… toda planta que de semilla que está sobre la tierra, y todo árbol en que haya fruto y que da semilla.” ¿Y la carne? Pues para ellos, eso fue después. Fue luego del Diluvio. Como toda planta fue destruida, pues no había nada qué comer. Luego vendría aquello de que todo lo que se mueva y viva es para “mantenimiento” (Génesis 9:3). Pero para ellos, lo original es solo comer plantas, como los primeros habitantes sobre la tierra. ¿Es posible tener todos los nutrientes esenciales y básicos sin comer animal? En lo personal no lo sé cien por ciento. Por lo que he leído, sí. Quien lo sabe es el ingeniero Juan Ramón Cárdenas, el alquimista y carnívoro chef en jefe de “Don Artemio.” Hay que hacer una buena tertulia con él y que nos explique a ciencia cierta la cuestión.

Esto del vegetarianismo me suena como un religioso “Regreso al edén.” Insisto, si a usted le va bien siendo vegetariano, pues hay que continuar por esta vía. Otros seguidores de dietas bíblicas y hombres y mujeres de fe a ciegas, hablan de la famosa “Dieta de Daniel.” De la cual aquí en columna pasada, tocamos. En el primer Capítulo del Libro de Daniel se lee que éste y sus compañeros cuando son recluidos en las mazmorras, se abstienen de comer lo mismo que les ordenaba merendar el Rey a todos los demás, incluyendo a sus magos y astrólogos. Daniel sobrevivió diez días comiendo sólo vegetales y agua. Nada de carne y vino. Y cuando volvió a estar frente al Rey, Daniel superó a todo mundo debido a su “sabiduría y entendimiento.” (Verso 20). ¿Fue por la dieta que practicó o sólo por ser elegido de Dios para su tarea? Muchos hermanos dicen que sí, por ser vegetariano. Le decía del llamado “criterio de autoridad” que asumen los veganos, cuando quieren vender las bondades de su dieta. Con citas descontextualizadas y repitiendo hasta la saciedad lo que se lee en “Internet”, hablan de que seres tan altos, inteligentes y prominentes como Isaac Newton, Pitágoras y su grupo, Nikola Tesla, Galileo Galilei, Thomas Edison, Vicente Van Gogh y un largo etcétera fueron vegetarianos.

Genios de esta altura no pueden estar equivocados, dicen. La cosa es que casi todo lo de Internet pues es “chisme”, no hay nada cierto. Muy poca cosa es seria. Una de las recetas favoritas del viejo sabio Galileo Galilei era ganso relleno con polenta. Newton comía banquetes pantagruélicos. En una factura, quedó por escrito lo siguiente: se recetó “un ganso, dos pavos, dos conejos y una gallina” como ración de una semana. ¿Vegetariano? Eso dice Internet, la verdad es otra. Isaac Newton al momento de morir y en la ejecución de su testamento, se liquidaron deudas con un carnicero, un pollero y un pescadero. En cristiano, don Newton era de buen yantar. Por último, aunque volveré al tema, en Italia y el año pasado (2016), se debatió una Ley en la cual los padres que insistan en alimentar a sus hijos menores de edad con sólo vegetales, correrán la suerte de ir a la cárcel… por cuatro años.