El triunfo de Trump

javierlivas@prodigy.net.mx

En contra de todos los pronósticos iniciales de hace trece meses, el exitoso empresario Donald J. Trump logró quedarse con la candidatura republicana. Su gran triunfo lo obtiene a pesar de que el 80% de los medios americanos actuán descaradamente como agentes a sueldo de los demócratas y del apoyo incondicional del popular Obama a la señora Clinton.
En México, toda esa propaganda negativa encuentra eco. La crítica burlona, los comentarios superficiales y la denostación a través de chistes crueles están a la orden del día. En política, los comentaristas mexicanos son oportunistas sanguinarios e inerciales. Se van a la cargada y Trump les parece un blanco fácil.

No hay que dejarse llevar por la corriente. Trump tiene una gran posibilidad de ser presidente y cambiar radicalmente la relación entre México y Estados Unidos. Por andar de frívolos, podríamos no estar preparados para el triunfo de Trump. Este triunfo está construido sobre las cosas positivas que paso a inventariar.

Trump derrotó a otros 16 políticos con harta experiencia. Algunos, como Jeb Bush se gastaron 50 millones en comerciales para denostar a Trump y solo lo fortalecieron.

Trump ha sabido montarse y liderar el descontento record contra el sistema político americano y el nefasto desempeño de Washington, DC en la vida nacional.

Trump no ha tenido que gastar dinero propio en la campaña. Los ataques le hacen publicidad gratuita, como le hice ver a un líder de organizaciones migrantes que celebraba la suspensión de un evento en Chicago. 

Posteriormente, datos duros me dieron la razón. Se calcula que Trump ha logrado canalizar más de tres mil millones dólares de publicidad gratuita, gracias precisamente a quienes lo actacan sin darse cuenta que “lo que no te mata te fortalece”.
Es cierto que Trump no ha recibido el apoyo de George W. Bush, ni del cubano Ted Cruz, ni del ex-candidato Romney. Solo que todos estos desaires lo hacen ver aún más sólido, más creíble, más necesario para los muchos escépticos. Son la gente que solo vota cuando alguien aparece como agente de cambio.

Trump está canalizando una gran inconformidad. Una de cada cinco familias no tiene un solo integrante con empleo. Cuarenta y cinco millones están comiendo de subsidios oficiales. Los negros tienen porcentajes de desempleo cercanos al 60%. 
Trump ofreció ser la voz de los más desprotegidos en un discurso magnífico y bien articulado. Demostró que domó sus ímpetus a la hora de la verdad.

Trump tiene dos endosos muy importantes actualmente. El de la NRA, asociación de dueños de armas, y el de la asociación de los guardias fronterizos. Estos dos temas son de los más candentes y también dos grandes déficits de su oponente quien propone lo contrario, controlar armas y abrir fronteras.

Trump logra mostrar los errores de Obama y Clinton; y convence de la insensibilidad de la Señora Clinton mientras terroristas mataban al embajador Stevens en Bengazi, Libia. Todo el medio oriente es un polvorín fuera de control tras la gestión fallida de la ex-secretaria de Estado y futura candidata demócrata.

Trump ya está encabezando un movimiento que va creciendo. Va contra los tratados de libre comercio aduciendo que el desbalance es de sesenta mil millones a favor de México y de quinientos mil millones en el caso de China. 
Trump hará un muro con o sin dinero mexicano. Sabe que ni no taponea primero la frontera, nunca tendrá una reforma migratoria en el Congreso. Sin fronteras no hay nación, afirma.Trump acapara el título de candidato de la ley y el orden y deja a la señora Clinton como la campeona del status quo, del fracaso y de la corrupción. 

Yo apostaría a que Trump va a ganar y que, por andar de frívolos, superficiales y burlones, no estaremos ni remotamente preparados para adaptarnos a lo que vendrá con este empresario rompe-reglas en la presidencia de Estados Unidos.