El Maestro Popochas y el indeciso
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Un treintañero, José, ejecutivo de banco, con calvicie incipiente y bigote ralo, está sentado frente a Popochas, maestro y vidente de la colonia Mirasierra.
En el cuarto semioscuro, el olor a incienso de copal crea una bruma entre ambos. El Maestro pregunta: ¿qué quieres saber, hijo mío?
José: Pos me da pena, don Popochas, y pensará que soy un ignorante, pero no sé por quién votar el próximo 4 de junio.
Popochas: No te preocupes…
José (ansioso, lo interrumpe): No, pos sí me preocupo, discúlpeme, porque no sé qué hacer. Veo no sólo hartazgo y descontento entre mucha gente, sino además odio y venganza por todas partes.
Popochas: Tranquilo. No estás solo. Tú estás entre el 20-27 por ciento de coahuilenses indecisos.
José (angustiado): ¿Y luego?
Popochas: ¿Tú has votado en cada elección?
José: Pos a veces sí y a veces no. Pero no muchas.
Popochas: ¿Has votado por el mismo partido siempre?
José: La verdad no. Casi siempre me decido el mismo día de la elección. A veces, nada más cierro los ojos y cruzo la boleta donde caiga.
Popochas: ¿Y cuándo no?
José: Veo al candidato y si me cae bien, pues órale. Otras veces escucho a compañeros de trabajo, amigos y familiares.
Popochas: ¿Por qué no lees periódicos, escuchas radio o miras televisión para que te informes mejor sobre quien votar?
José: Todos están vendidos. Pudiera creer en las redes sociales, pero están para el nabo. No pasan del desahogo y la mentada de madre. Eso me confunde y atemoriza más. Aunque a veces me divierten los memes.
Popochas: ¿Por qué no entras a los portales de los partidos para conocer las propuestas de sus candidatos?
José: ¡Nada más falta que sus promesas de campaña se hagan realidad! Puro choro, Maestro, para ganar la elección.
Popochas (respira profundo y entra en trance para irse a otra dimensión).
José (no se da cuenta, continúa hablando): Bien, voto por uno u otro, pero ¿qué pasará con el odio y la venganza de la gente? ¿Que sucederá si no gana el partido por el que la gente vota? Por eso, creo que mejor no votaré. Maestro, Maestro, ¿me escucha?