El discurso de López Mateos
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El 27 de septiembre de 1960, en el Acto de la Nacionalización de la Industria Eléctrica, el entonces presidente de la República, Adolfo López Mateos, pronunció un discurso profundo, visionario y sabio.
Por ser un pueblo pasivo, hoy estamos viviendo lo que él predijo.
Enfatizó una encomienda: “Pueblo de México, les devuelvo la Energía Eléctrica, que es de exclusiva propiedad de la nación, pero no se confundan, porque en años futuros algunos malos mexicanos identificados con las peores causas, intentarán por medios sutiles entregar de nuevo el petróleo y nuestros recursos a inversionistas extranjeros”.
Una cosa es obvia, dijo: México requiere de varios años de evolución tecnológica y eficiencia administrativa. Sería necio afirmar que México no requiere de capacitación tecnológica en materia eléctrica y petrolera; para ello ningún extranjero necesita convertirse en accionista de empresas públicas para apoyarnos.
Sólo un traidor entrega su País a los extranjeros.
En México la Constitución es (era 1960) muy clara: los Recursos Energéticos y los Yacimientos Petroleros son, a perpetuidad, propiedad exclusiva del pueblo mexicano.
López Mateos remató contundente: “Industrializar al País no implica una subasta pública de nuestros recursos naturales, ni la entrega indiscriminada del patrimonio de la Patria…”. El resto de las especulaciones al respecto, son traición a la Patria.
Esas especulaciones, y la traición a la Patria, se recrudecieron en 1988 con Carlos Salinas de Gortari y sus larvas de corruptos que no paran de salir de las alcantarillas del sistema. Los panistas no han sido la excepción.
Es un hecho que el Gobierno Federal descapitalizó a Pemex. “El Financiero” aporta cifras contundentes: Las ventas de la paraestatal en 2010 (sexenio de Calderón) fueron de 1.6 billones de pesos, pero… el sistema fiscal vigente la convirtió en la petrolera que pagó el récord más alto en impuestos a nivel mundial.
El 56 por ciento de sus ingresos; es decir, 876 mil millones de pesos, le ocasionó a Pemex una pérdida de 91 mil 500 millones de pesos.
La “estrategia gubernamental” consistió en dejar a la petrolera en caída libre hasta que la quiebra “justificara” su venta. En el inter tendría, para el dispendio, una “caja chica” de la que jamás han rendido cuentas; ni presidentes, ni secretarios de Energía, ni nefastos directores, todos salieron nadando en dinero.
¡Decídete a ser feliz hoy!
@_A_lfonsina