¡El cumple de Miguel!
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El sábado pasado, Miguel Riquelme festejó su aniversario 46 con un banquete. Asistieron entre mil 200 y mil 500 integrantes de la clase política y empresarial de los 38 municipios de Coahuila; y 30 representantes de medios de comunicación para cubrir el evento. Todos disfrutaron de viandas exquisitas y vinos sublimes al ritmo de la banda Toro Viejo.
Ante empresarios y políticos, que incluía a un grupo de expanistas de origen anayista, el gobernador Rubén Moreira “predestapó” a Riquelme para ser el candidato del PRI en 2017.
La perspectiva es clara: ni el festejo cumpleañero de Jericó Abramo o el de José María Fraustro tuvieron el peso político de este evento. Tampoco el Informe Legislativo de Javier Guerrero. La razón es obvia: ninguno tuvo el apoyo del Gobernador.
¿Evidencia eso la ausencia de piso parejo? Sin duda. No lo hay, ni lo habrá porque en la cultura priísta nunca ha existido la democracia interna partidista. Los priístas son hijos del dedazo: no pueden negarlo Jericó, Chema, Javier, Hilda o Enrique. Tampoco pueden refutar que si fueran gobernadores, no elegirían a su heredero. Porque en su priísmo recalcitrante, tres son los criterios que definen una buena gestión: hacer un buen gobierno, imponer al sucesor y asegurar su triunfo electoral.
¿Por qué se asustan del “moreirato”? Si todos han sido parte del mismo. Hilda Flores y Enrique Martínez votaron cuando eran diputados locales para refinanciar la deuda por 33 mil 700 millones de pesos, que incluía los 18 mil millones solicitados sin aval del Congreso. Jericó fue funcionario público con Humberto Moreira. Chema ha sido Secretario de Educación y Diputado Local con Rubén. Y Javier fue Secretario de Desarrollo Económico al inicio de este sexenio.
¿Que Rubén los maltrató? ¿Qué político profesional, como ellos, puede llamarse víctima, cuando el más chimuelo masca rieles y el más pelón se hace trenzas?
Les llegó el momento de aceptar la realidad para ponerse de acuerdo y fortalecer la unidad interna del PRI.
De otra manera, dispónganse a perder las elecciones en 2017.
