El culpable de los desastres es el Estado
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La frase que da título al artículo es creación de Robert Nozick, profesor en Harvard, Columbia, Oxford y Princeton; que en su libro Anarquía, Estado y Utopía aborda el tema del Estado mínimo y el liberalismo. Aprovecho tres ideas para elaborar la siguiente reflexión.
En un primer momento parte del análisis del concepto de responsabilidad, que los individuos deben de tener en las sociedades, pero de manera particular de quienes representan el Estado. Es decir, en una sociedad donde se preconiza la libertad, la responsabilidad juega un papel toral. Una libertad sin responsabilidad no es libertad, eso ésta claro. En ese sentido, hacernos responsables de los lugares geográficos, de las sociedades en las que vivimos y de las decisiones que tomamos trae como sumatoria una sociedad justa.
Cuando la responsabilidad no luce en lo social, en lo político o en lo gubernamental las realidades se complican y aparece la corrupción, con ella la desigualdad y la pobreza. Si en algo hemos sobresalido en el panorama internacional es en el tema de la corrupción. En el ranking 2016 de Transparencia Internacional, índice que mide la corrupción nos encontramos en el lugar 123 de 176 países. Gobiernos, candidatos, medios, iglesias, en fin una buena parte de la población incurre de forma cotidiana y sistemática en prácticas de corrupción, es decir en faltas de responsabilidad.
La irresponsabilidad gubernamental que se vivió entre los años setentas y noventas en nuestro país como la compra y venta de paraestatales, el dispendio de Luis Echeverría, José López Portillo, Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari comprometieron no solo al estado, sino a la sociedad en general.
Los fraudes, los incumplimientos de contratos, el aprovechar información confidencial, los peculados, el apropiarse de los bienes del estado y en especial 11 exgobernadores que se encuentran en problemas legales dan cuenta de esta irresponsabilidad con consecuencias lamentables para la población en materia de impuestos, que es la forma a la que recurren los gobiernos para allegarse de dinero público que en muchos casos se vuelve privado. Esos impuestos, que en muchos casos son excesivos son otro de los elementos en el análisis de Nozick. Por supuesto, los excesivos impuestos tienen como origen las irresponsabilidades de los representantes del Estado.
Va a comprar, tiene un auto, tiene trabajo, compra una casa, va a un casino, va de vacaciones y renta un cuarto de hotel, se quiere divertir, se quiere tomar una cerveza, va a jugar lotería…hay impuestos, excesivos impuestos que ya han sobrepasado la lógica. Los impuestos sirven para financiar al estado, sobre todo cuando la economía de los estados ha caído en desgracia como es el caso de los estados en nuestro país. Es cierto que sin los impuestos no podría funcionar el Estado porque sirven para la construcción de carreteras, puertos, aeropuertos, hospitales, educación, en fin. El problema y se ha vuelto recurrente, es que el erario público a veces va a parar a Islas Caimán o a las campañas electorales de los partidos. Ese es el tema de los impuestos excesivos.
Finalmente, en las ideas que tomo de Nozick se encuentra la idea de no al Estado obeso. En 2014, INEGI reportó 5.4 millones de mexicanos que laboran en el servicio público, aquí no se incluyen los 500 diputados del Congreso de la Unión pero, ni todas las rémoras que se cuelgan del erario público como los salarios a los expresidentes y la gente que ésta contemplada a su servicio ¿no se le hace demasiada burocracia para un país con tan pocos resultados?
El autor afirma que el Estado es un mal necesario, por tanto debe de ser lo más delgado o mínimo posible. Y aunque la máxima neoliberal sea “más mercado y menos Estado”, el Estado en sociedades como la nuestra en lugar de disminuir aumenta, muy probablemente porque la máxima se entiende como menos Estado en relación con el mercado y no con el número de burócratas.
Cuando el Estado ha intervenido en otros campos como el económico, como es el caso del Tratado de Libre Comercio, no hubo ventajas por una simple y sencilla razón, las cosas no se hicieron bien. Otro ejemplo es el Fobaproa que fue un episodio de la historia reciente en tiempos de Salinas de Gortari, momento en el que el Estado interviene para salvar bancos y empresas que habían incurrido en conductas inapropiadas, al final ganaron los de siempre. Los bancos fueron corruptos hicieron trampas, fueron los responsables de ese desfalco mayúsculo que complicó la vida de miles de mexicanos. En este caso, un Estado responsable debió haber dejado que pagaran los banqueros corruptos y no cobrárselo a la gente, que fue lo que sucedió.
Pareciera ser que las ideas de Nozick en nuestro país fueron implementadas por los tecnócratas, pero a la inversa. Un estado obeso, excesivos impuestos y la irresponsabilidad galopante en el servicio público han traído como consecuencia una sociedad colapsada en lo cultural, educativo, social, económico y por supuesto en lo político.
¿Que hicieron los que atendieron a Nozick con este liberalismo libertarista? Dinamarca, Noruega, Suecia, Nueva Zelanda, Islandia y Finlandia, que fueron quienes atendieron a sus consejos con la aplicación de la teoría, vivieron bien, fueron muy felices y tuvieron pocos hijos.
Por supuesto el Estado es el responsable de todo eso ¿de qué? De que sean los países con mejor calidad de vida, con los mejores niveles de educación, los menos corruptos, menos pobreza, mejores salarios, excelente sistema de salud, empleabilidad, educación para todos, competitividad, mayores índices de desarrollo humano, entre otras cosas.
El estado tiene como función proteger la vida de los ciudadanos y garantizar el bien común, no el de ser el culpable de los desastres de la sociedad.
Estamos para elegir gobernador ¿escogerá a alguien que siga con la dinámica de la irresponsabilidad que se traduce en corrupción e impunidad, de tener una burocracia abultada y de seguir aplicando impuestos excesivos?