Debate entre candidatos, necesidad ineludible
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El debate de ideas es esencial en cualquier democracia del mundo, el poder confrontar diferentes razonamientos debiera ser una regla básica en los sistemas políticos.
Es por ello que es bienvenida la inclusión de la obligatoriedad de dos debates entre los candidatos a la Gubernatura del Estado por parte de la autoridad electoral como lo reseñamos en esta edición.
En el reporte periodístico que hoy se publica en estas páginas, se subraya que el nuevo Código Electoral -que regirá el proceso que desembocará en los comicios del 4 de junio- incluye que se deberán realizar dos ejercicios de confrontación de ideas entre los distintos abanderados a la Primera Magistratura del Estado. Amén de los que los medios de comunicación podamos organizar, luego de que estos no tendrán carácter de obligatorio.
Esto resulta inédito para el Estado, en donde la costumbre era no obligar a los actores a debatir. La autoridad electoral no había obligado a los actores políticos a presentarse en una arena donde pudieran confrontar sus ideas, visiones y críticas sobre la actualidad.
Esta obligatoriedad -de sobra- resulta plausible, era necesaria para nuestra democracia.
Lo hemos dicho en este espacio, el debate de ideas siempre será bienvenido en aras de identificar problemáticas y buscar soluciones al estadío actual de nuestro Entidad.
Ante ello resultaba poco entendible que jamás se hubiera establecido como una obligación.
Para estos ejercicios -definitivamente- se requiere del compromiso de todos.
Los actores políticos, así como la sociedad, debieran ver más como una oportunidad que como un obstáculo a estas prácticas democráticas.
Pese a que las reglas electorales no contemplan un castigo para quien no atienda estas citas para confrontar ideas, debiéramos apelar a que nadie rehuya a participar.
El político español Enrique Múgica Herzog ha sostenido que la democracia no es el silencio, es la claridad con que se exponen los problemas y la existencia de medios para resolverlos.
Es allí donde los aspirantes a la gubernatura debieran comprender que un debate podría representar beneficios más que escollos que librar. Una sociedad que conozca más a profundidad lo que un aspirante pretenda hacer, podrá estar más seguro de a quien depositarle su confianza.
Y es en ejercicios de este tipo es donde conocemos ideas, lucidez y argumentos que un profesional debe poner sobre la mesa para convencer al electorado.
Bienvenido sea el debate, ya era necesario.