Condiciones para que se dé la democracia
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La democracia bajo ningún motivo surge de los buenos deseos de los que quieren vivir en un sistema de gobierno donde es posible gozar de todo tipo de libertades. No es así. La democracia como estructura que equilibra y ordena las relaciones entre los ciudadanos, como afirman los sofistas posteriores al siglo de oro de la filosofía griega “no depende de los dioses, depende de los hombres”. Por tanto es una construcción constante de lo público, una transformación permanente de lo social y no solamente un proyecto político.
Y aunque “hay cosas que no se cuentan pero cuentan mucho”, nos queda claro que el gobierno no ha hecho la tarea como debiera. Hemos dejado la conducción de la sociedad en sus manos, con los ya sabidos costos. Hemos vuelto una costumbre la ausencia del interés por lo público dejando que ellos hagan y deshagan lo que se les antoja en la sociedad mexicana. Y eso, eso no es la democracia. La democracia es una forma de construir la realidad, pero la construcción la debemos de realizar todos. No solo unos cuantos, es un proyecto donde debemos de estar convencidos, de que efectivamente es la mejor forma de gobierno, exceptuando las demás y éste proyecto no puede ser asumido solamente por los políticos, ya ve como nos ha ido.
Norberto Bobbio, afirma que la democracia es irrealizable, en principio porque no nos hacemos responsables del futuro. Porque vivimos apoltronados dejando en manos de unos cuantos nuestra vida y la de nuestras familias, eso en México es una realidad. Frases como “para que me meto en política”, “que se encarguen quienes deben de encargarse”, “eso le corresponde al gobierno”, “que lo hagan ellos, para eso pagamos nuestros impuestos”, son la evidencia más clara de una democracia que hemos venido construyendo en la irresponsabilidad y que por eso no se ha vislumbrado del todo.
No se puede dar también, porque para ser democráticos se tiene que partir de la racionalidad y con un sistema educativo que no promueve la racionalidad, francamente es complicado. La racionalidad es lo que nos distingue de los seres que pertenecen a otras etapas de la evolución de la vida, pues nos da la posibilidad de pensar, evaluar, entender y actuar tomando las mejores decisiones que nos favorezcan, en conjunto. El “pienso y luego existo”, es propio de los seres humanos, sin embargo en nuestro país hay otros presupuestos como el “transo y luego existo” o el “me alimento y luego existo”.
La racionalidad nos permite hacer un ejercicio de análisis y de toma de decisión adecuadas sobre quien nos conviene o no como sociedad para que asuma un cargo o puesto público, pero sobre todo nos permite recopilar elementos para apreciar, con objetividad y fundamento, sus propuestas, sus trayectorias políticas y profesionales, sus formaciones académicas y en lo relevante para la función pública, sus características personales. Y en lo público de estar al tanto, de cómo marchan las administraciones y hacer un ejercicio de supervisión constante solicitando a los servidores públicos transparencia y rendición de cuentas. No puede ser el beneficio personal lo que nos mueva en una democracia, es la racionalidad.
Otra condición es la responsabilidad, es decir, la capacidad de prever y asumir las consecuencias de nuestros actos. ¿Elegimos gobiernos que no respondieron a las expectativas que teníamos y nos desentendimos de ellos? ¿Te has planteado la posibilidad de introducir la Revocación de Mandato como un elemento posibilitador de la democracia? Para que haya democracia, se requiere responsabilidad, responsabilidad en todos los sentidos. ¿Pagas impuestos? ¿Participas todo el tiempo? ¿Estás bien informado? ¿Le das seguimiento a los servidores públicos? ¿Haces valer tus derechos de asociación y de petición?
Se requiere también de individuos autónomos ¿Qué sería de los partidos que lucran con la pobreza, si los individuos en México fuéramos autónomos? El paternalismo, el clientelismo y la pobreza no abonan a la democracia. La gran deuda histórica mexicana es la injusta distribución del ingreso que no solo genera pobreza y desigualdad, sino que también debilita y vulnera la vida democrática.
Otro elemento más a tener en cuenta es la idea del “destino colectivo”. Es decir, vamos juntos en el mismo barco, como se dice en la jerga empresarial, “si le va bien a la empresa, nos va bien a todos”, en este sentido “si le va bien al país nos va bien a todos”. Asumir un destino colectivo no es ser guadalupanos, irle a la selección o celebrar la independencia de México. Asumir un destino colectivo implica el ser solidarios con los que menos tienen, pensar en plural y no en singular, abrir oportunidades para todos, generar mejores condiciones de vida para todos.
Otras condiciones para que se dé la democracia sería la capacidad de llegar a acuerdos en los congresos, acuerdos para beneficiar a las mayorías, no a unos cuantos. En ese mismo sentido, favorecer a las minorías, comprometernos en la lucha contra la corrupción, los abusos y en contra de todo aquello que atenta contra los derechos humanos. Tener en claro que en la democracia nadie puede quedar al margen de las acciones del estado, se requiere la inclusión, se requiere sumar y multiplicar, no restar, ni dividir.
Un elemento sin el cual no se da la democracia es la libre discusión. Esta se opone a la mordaza, al golpeteo, a la desaparición de personas con un discurso incómodo al status quo establecido. En sociedades heterogéneas como en las que ahora vivimos, la libre discusión es fundamental para llegar a consensos.
Finalmente y la más importante de todas y que es conditio sine cuan non para que la democracia exista, es la participación activa de los ciudadanos. Participar es la práctica social a través de la cual la población, de manera individual o colectiva; interviene en la toma de decisiones respecto a lo público, en el involucramiento en el diseño gestión y control de políticas públicas compartiendo el poder real de decisiónpara proponer, acompañar, vigilar y controlar las acciones del gobierno y del Estado, impidiendo la privatización del ámbito público y su manejo bajo prácticas clientelares, paternalistas, populistas y autoritarias.
De esta forma contar con individuos racionales, tomar las mejores decisiones, trabajar en responsabilidad, vivir en autonomía, asumir un destino colectivo, realizar acuerdos que beneficien a todos, ser incluyentes en singular y en plural, comprometernos, participar de una libre discusión, llegar a consensosy participar activamente; nos dará la posibilidad de aproximarnos a la anhelada democracia. De otra forma, seguiremos bajo los influjos de la ilusión autocomplaciente que comenzó con la aparición del sistema político mexicano como lo conocemos hasta ahora.