Coahuila: entre cebollas y encuestas
COMPARTIR
TEMAS
“Para que tu mano derecha ignore lo que hace la izquierda, habrá que esconderla de la conciencia”.
Simone Weil.
En últimas fechas, las encuestas electorales, al igual que las cebollas, hacen llorar a los incautos que las diseccionan para avizorar el horizonte electoral.
Lo terrible no es que las encuestadoras se equivoquen, ya por falta de pericia metodológica o indicación expresa del cliente, sino porque fallan en informar con veracidad al ciudadano sobre sus opciones electorales. Y fracasan, también, en consolidar un debate público a través de los medios de comunicación que permita al elector discernir sobre sus futuros electorales posibles.
La generalidad de las encuestadoras en México malogra su compromiso ético y político con la formación de una democracia robusta, para convertirse en un instrumento más de la lucha político-electoral entre partidos políticos, sin excluir a los llamados independientes.
Esta opción, altamente lucrativa, les obliga a ser más eficaces y eficientes en su servicio a la partidocracia, e independientes ante las nuevas complejidades del pensar político del ciudadano común, que entrecruza desinformación, redes sociales y un encono visceral contra el sistema.
El objetivo de estas encuestadoras consiste en reducir la incertidumbre electoral de sus jefes en sus respectivos cuartos de guerra, y manufacturar encuestas que impacten mediáticamente o en redes sociales las decisiones del votante.
¿Cuántas víctimas de este quehacer no lagrimearon el 2016, cual si hubieran cercenado una cebolla dorada, al mirar que las encuestas erraron en la mayoría de las elecciones ocurridas en Aguascalientes, Baja California, Chihuahua, Durango, Hidalgo, Puebla, Oaxaca, Quintana Roo, Sinaloa, Tamaulipas, Tlaxcala y Veracruz?
¿Cuántas no gemirán en Coahuila la noche del 4 de junio próximo, como si hubieran cortado una cebolla morada, al darse cuenta que las encuestas fallaron?
Para entonces, entre las lágrimas de sus víctimas, los culpables habrán escondido, una vez más, su conciencia.