¡Cada vez entiendo menos!
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Tecleo este artículo cuando una voz encopetada reclama mi atención: “escribe sobre mí, porque ‘yo nunca me despierto pensando cómo joder a México’”. ¿Ah, no?, le respondo, ¿pero qué tal mover a México para ponerlo al borde del despeñadero?
Un poco descontrolado, recupero mi centro zen, que en momentos difíciles alinea mis chacras de volada, para leer que Hilda Flores reconoció antier en su Informe Legislativo que quiere “ser candidata al Gobierno de Coahuila por el PRI”. Dos mil personas, no acarreadas (me jura mi fuente), en el Auditorio Braulio
Fernández de la UAdeC de Torreón, aplaudieron la decisión de la Senadora. Mientras le aventaban claveles (su flor favorita) y le gritaban “quiero una selfie con Hilda, a como dé lugar”.
En ese nanosegundo, mi dispersa mente se interrogó: ¿en qué se parecen Hilda, Enrique, Javier y Jericó para representar el papel de “demócratas” cuando el dedazo es su mantra histórico? Seis son sus similitudes.
1. Declaran su deseo de competir si hay “piso parejo”.
2. Aparentan estar unidos como bloque, pero no lo están.
3. No tienen activos políticos para sugerir un posicionamiento sólido en los 38 municipios, pero simulan tal percepción.
4. “Panifican” su discurso para demostrar que están del lado de la justificada indignación ciudadana expresada en redes sociales y en ciertos sectores de la sociedad. Pero de ser Gobernador, cualquiera de ellos se entrampará en el discurso. Nada más.
5. “Charolean” con “padrinos poderosos” de la CDMX para apantallar a los locales.
6. Sugieren ser activadores de misiles mediáticos que vuelan desde la CDMX para golpear al Gobierno actual en transparencia y seguridad pública. Y sobre todo para unificar mediáticamente dos gobiernos distintos en una sola marca.
¿Cuál de ellos jugará en las elecciones internas para legitimarlas, sin importar que le llamen Judas PRIscariote? Con sólo uno de ellos, se caerá el teatro del resto.
¡Dios mío! Leo este sesudo análisis (respiro profundo con mis chacras alineados) y caigo en la cuenta que cada vez entiendo menos.