Bill Belichick, el genio de la estrategia

HOUSTON.- ¿Cambiar el nombre del trofeo Vince Lombardi por Bill Belichick? La sugerencia de Michael Irvin, triple campeón de la NFL y miembro del Salón de la Fama, no es para tomar en serio, pero lo que está claro es que el entrenador de los Patriots es una eminencia en el futbol americano y más allá también.

“Para mí, es el mejor entrenador de todos los tiempos y en todos los deportes”, afirmó Doc Rivers, mítico técnico del baloncesto y campeón de la NBA con los Celtics en 2008.

A sus 64 años, Belichick será uno de los principales rostros del Super Bowl, la Gran Final del futbol americano que jugarán el domingo en Houston sus Patriots y los Falcons.

Perfeccionista, ambicioso y considerado un genio de la estrategia, el entrenador buscará convertirse en el primer técnico principal en lograr cinco títulos en la Liga estadounidense de futbol americano (NFL).

Los elogios le llueven de todos lados, pero Belichick prefiere mantenerse al margen. En su mente está únicamente conquistar el Super Bowl en su séptima Final.

“No me interesan los récords. Sólo quiero preparar a mi equipo para el domingo. Todo lo demás, es lo que es”, dijo el entrenador, con las mismas pocas palabras que caracterizaron sus 17 años con los Patriots.

Vestido casi siempre con ropa deportiva y capucha, el entrenador puede lucir simple en apariencia. Pero a la hora de la táctica, sus habilidades son consideradas geniales. Incluso mágicas.

Desde su llegada a los Patriots hace casi dos décadas, logró transformar al equipo de Foxborough en uno de los protagonistas habituales de la NFL. Además de los cuatro títulos, cayó dos veces en la Final en ese período.

También demostró tener un ojo clínico cuando apostó por el fichaje de Tom Brady en la posición 199 del draft del 2000. Aquella fue sin dudas la mejor decisión de la carrera de Belichick.

El quarterback, actualmente de 39 años, se convirtió en un símbolo del equipo y de la Liga, y es, junto con el técnico, el rostro de la era dorada de los Patriots. La presencia de ambos en su séptima Final representa un récord tanto para un entrenador como para un mariscal titular.

“Nuestro entrenador hace un trabajo extraordinario para mantenernos concentrados cada día”, describió Brady la minuciosidad de su mentor. “Siempre nos dice: ‘concéntrate en tu tarea y hazlo cada día. Porque cada día es diferente”.

Muchos equipos intentan, desde hace años y sin éxito, copiar de alguna manera el dúo que conforman Belichick y Brady. Aunque se trata de una fórmula especial: la franquicia no cuenta con un mánager y el entrenador de los Patriots tiene la completa responsabilidad sobre las contrataciones.

Aficionado a la pesca, Belichick deberá decidir también qué hacer con su embarcación en caso de que los Patriots logren el título el domingo.

Es que tras el último Super Bowl ganado en 2014, el entrenador se compró un nuevo bote y lo llamó VI-Rings, en alusión a los seis anillos de campeón logrados en su carrera hasta entonces (cuatro con los Patriots y dos como asistente de los Giants de Nueva York). Su antecesor, llamado V-Rings, decidió donarlo a un club de navegación. Y si habrá también un VII-Rings, se verá el domingo.