Barbas a remojar
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El formato de la misma pregunta del coordinador, con respuesta inmediata y sucesiva de cada candidato dio un resultado deficiente.
En el nuevo formato de preguntas que quedaron sin presentar, de preguntas que quedaron sin responder y de tiempos no observados, se privilegió la presentación de justificaciones aclaratorias de acusaciones reciprocas. No hubo tiempo para contrastar propuestas.
Con sendas argumentaciones se quiso demostrar quién era el candidato “menos peor” con reciproca denigración al otro y elogio a sí mismo.
Al final pudo entrar la pregunta que invitaba a decir algo positivo del adversario. “La calidad de los hijos”, dijo Hillary, “habla bien de su padre”. “Ella no se da por vencida y sigue siempre luchando”, reconoció Donald. Y, al terminar, sí se dieron la mano con que no saludaron al llegar.
Ni acá en el informe ni allá en el debate consiguió su objetivo este método de intentar preguntas de presentes y de ausentes para una respuesta improvisada de dos minutos, que resultaron elásticos.
Todo este espectáculo de pantalla es una buena advertencia para los posibles debates de nuestros vernáculos y futuros intentos de contrastar programas y planes antes de los cercanos sufragios calendarizados. Las rasuradas insatisfactorias de los enfrentamientos acaecidos allá pueden hacer que acá las barbas se pongan a remojar.
Tres espacios podrían ser bien conducidos a buenos resultados. Uno inicial de exposición en que cada candidato, sucesivamente hablara de sus propuestas. Un segundo espacio en que cada uno pudiera hacer dos o tres preguntas al otro. Y un tercer lapso destinado a responder preguntas de presentes y ausentes. Un breve mensaje sintético de cada uno cerraría el encuentro.
90 minutos de verborrea atropellada por un lado y de intentos de presentar logros y soluciones por el otro, con una coordinación no estricta e interrogadores frustrados en espera hacen que nadie gane y todos pierdan un poco. En Colombia dijeron “sí queremos paz… pero no así”.
Los futuros votantes de EU quizá están diciendo: “sí queremos debates… pero no así”…