Alguien tiene que perder
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Walter Gargano podría desvincularse de Rayados este fin de semana y con ello se cerraría un ciclo que terminó siendo tormentoso e incómodo para todos en el club.
El uruguayo podría volver a su país, emigrar a Turquía o decantarse por el futbol argentino. El plazo que se puso su representante para definir club es este viernes, día en que espera una oferta del futbol turco.
Sin embargo, Peñarol sigue siendo una opción para Gargano, pero siempre y cuando lo firmen por tres años, y por un contrato millonario equivalente a lo que gana hoy por año en Rayados. A sus 32 años sería el jugador mejor pagado del equipo y de la Liga.
Más difuso se ve el futuro de Edwin Cardona. El colombiano quiere Europa, pero aún no hay señales concretas de que en Europa lo quieran a él. Opciones hay, negociaciones muy pocas. Su nombre suena en Alemania y Portugal.
Para no dejar y sin tiempo que perder para no quedar “colgado”, Cardona también fue ofrecido en Boca Juniors, y hasta el propio jugador se ha “promocionado” mediáticamente. “Es algo que deseo”, dijo en entrevista a una radio de Buenos Aires.
En Boca, conociendo el interés de Cardona, ahora también lo desean. Incluso, los directivos ya hablaron con José Pekerman, DT de Colombia, para que les suelte más datos.
Sin embargo, hay una dificultad no menor: Boca no le llega al precio de su carta valuada en $15 millones de dólares, según fuentes argentinas.
La tirada es un préstamo de 18 meses y, si eso no avanza, Boca, al que no le urge aún definir, buscará hacer una oferta por comprar un porcentaje de la ficha del colombiano, cuestión que está por verse si Rayados aceptaría.
Gargano y Cardona son dos activos muy caros del Monterrey y por lo mismo no es tan sencillo desprenderse de ellos, más allá de ciertos beneficios que pueda ofrecer el club para facilitar las respectivas salidas.
Aquí es cuando salta a superficie lo sobrevalorado que está un futbol mexicano donde, a base de millonarios contratos, busca ganar competitividad en el mercado mundial, pero al que no le es fácil exportar, salvo algunas excepciones.
Contar con una valiosa nómina de jugadores no necesariamente significa que detrás de ésta germine un mejor negocio. Los futbolistas, como los carros, también se devalúan por rendimiento y antigüedad.
La capitalización es muy buena si se la maneja con responsabilidad, coherencia y visión a futuro, pero no está ajena a los imprevistos que obligan a ceder.
Seguramente habrá soluciones para Gargano y Cardona y para Rayados también, aunque no se sabe a qué costo. No es lo mismo un jugador ofrecido que uno pedido. El valor y las condicionen cambian, y alguien tiene que perder.