Alan Pulido, Héroe y villano
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El futbol no se salva de los reencuentros ‘incómodos’, ni de batallas y el delantero se enfrentará nuevamente a su alma mater, pero está vez no será por un contrato, será por el título en la Liga MX
MONTERREY.- Para Alan Pulido no será una Final cualquiera. Es la Final que dice haber soñado desde su polémico desembarco en Chivas después de su tormentosa salida de Tigres.
Así es Pulido, tan impredecible como extrovertido. Un personaje capaz de vestirse de villano en el Universitario, pero al mismo tiempo saludar con la mano en el corazón a los aficionados felinos, pese a llevar el escudo del Guadalajara.
Pulido es fanático de Tigres y no lo disimula. Se ha criado humana y futbolísticamente en Zuazua, en el campo de entrenamiento del club que lo llevó a ser un delantero con proyección.
El tamaulipeco tenía todo a su favor para ser ídolo en su casa, pero terminó siendo una “joya” despintada. De repente creyó que estaba en edad de merecer Europa y se fue solo, por la puerta de atrás y casi sin avisar. Tigres se sintió traicionado y no le perdonó semejante capricho.
El canterano felino armó su propia novela con su atropellada salida para descubrir el desabrido futbol griego. Una forzada incorporación al Olympiacos le abrió un frente judicial con Tigres, quien reclamó sus derechos federativos y el cumplimiento de contrato.
Fueron dos años de litigio, tensión, trabas y especulaciones. Un estira y afloje ridículo, plagado de mentiras y contracciones. Pulido quiso ir hasta la gloria antes de que ésta le llegara por merecimientos.
Fracasó, la pasó mal, se quedó sin Seleccionado y asuntos extra cancha lo condenaron al ostracismo. Persona mediática si las hay, hace un año fue víctima de un secuestro en su natal Ciudad Victoria, pero fue liberado, cuenta la historia, tras reducir a sus plagiarios.
En el mundo Pulido no existen las moderaciones. Le gustan los impactos y su regreso al futbol mexicano no podría ser de otra manera que el de enrolarse en un equipo de notable trascendencia como Chivas.
El Guadalajara fue quien ayudó a destrabar el conflicto con Tigres, abriendo la chequera y pagando una fortuna por un goleador que ya no lo era tanto.
Se calcula que el no menos polémico Jorge Vergara desembolsó 16 millones de dólares para dejar contento a los griegos, pero principalmente a Tigres, quien se llevó una tajada de 12 millones.
Pulido pasó a ser un referente de área para el técnico Matías Almeyda, pero todavía el delantero “estrella” sigue debiendo una mayor regularidad. Lleva apenas 9 anotaciones en los dos últimos torneos, un récord bajo para un jugador de 26 años de oficio goleador.
Este jueves volverá al Universitario, el mismo escenario donde fue campeón en 2011 con los Tigres y donde hace unas jornadas atrás se llevó un lapidario 3-0 cuando lo visitó con Chivas. Será otro reencuentro incómodo.
De ser una joya de la cantera felina y prospecto de ídolo de Tigres, a posible villano. Con Pulido nunca se sabe cómo puede terminar la historia.
Carlos Salcido, campeón con dos camisetas
El oriundo de Ocotlán, Jalisco, es otro de los jugadores en activo que en la actualidad pueden “presumir” el haber portado ambas camisetas.
Carlos Salcido debutaría en la Chivas en 2001 y jugaría hasta el 2006 en la “perla tapatía” consagrándose como uno de los mejores talentos de la época moderna del futbol mexicano por lo que emigraría a Europa para hacer una brillante carrera en el PSV Eindhoven, con quien ganaría la Liga y Supercopa.
En 2011 siendo campeón ese mismo año, los felinos lo repatriarían de su aventura europea jugando hasta 2014 para posteriormente volver hasta el día de hoy con la playera rojiblanca.
El defensor ganó en Tigres la Liga en 2011 y la Copa MX en 2014, para después regresar al equipo de sus amores y consagrarse campeón de copa en 2015 y 2017.