Al Congreso de la vergüenza (de Coahuila) le llegó su hora
COMPARTIR
TEMAS
Dentro de tres meses inicia el proceso electoral para renovar la gubernatura, los congresos locales y los ayuntamientos de Coahuila, Nayarit y el Estado de México, además de las alcaldías en Veracruz. Pero existe una diferencia sustancial: mientras que nayaritas, mexiquenses y veracruzanos tienen reglas claras de la contienda desde 2013, 2014 y 2015 respectivamente, los diputados coahuilenses apenas votarán el próximo martes, al cuarto para las doce de vencer el término y apurados por el TRIFE, la legislación que habrá de aplicarse en la Entidad.
Una vergüenza.
El pasado 13 de julio la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ordenó al Congreso de Coahuila “expida de inmediato la legislación sobre candidaturas independientes”, a fin de que “subsane la omisión en que ha ocurrido” y “garantice el derecho de votar y ser votado a los ciudadanos del Estado”.
Es decir, no es un asunto menor ni se trata de un descuido o de un errorcito cualquiera.
La “Comisión encargada de la armonización de nuestra Legislación Estatal con la Federal en materia Político-Electoral”, integrada por 14 representantes de 25 totales, estiró el chicle hasta donde pudo (tienen de margen hasta el 31 de julio para expedir las nuevas leyes) a fin de hacer nugatorias las normas electorales y, con ello, neutralizar a los competidores de los partidos políticos. Particularmente a quienes aspiran a ser candidatos independientes.
¿De quién es la culpa?
Compartida. De los priístas, por marrulleros; de los panistas, por estériles; y del resto de organizaciones políticas, por paleros. Ninguno nos hace un favor, por lo demás. Las candidaturas independientes son un derecho ciudadano consagrado en la Constitución desde 2012, y regulado en la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales en mayo 23 de 2014. A ellos, los 25 diputados que integran el Congreso del Estado, sólo les tocaba “tropicalizar” esos artículos y adaptarlos a la realidad coahuilense. Hacer copy-paste y matizar la redacción, básicamente. No era tan difícil.
Es impresentable, por tanto, que durante 26 meses el tema no haya sido llevado a tribuna, y que Instituto y Tribunal Electoral de Coahuila, los encargados de arbitrar la contienda, hayan permanecido en un silencio cómplice.
Para dimensionar: de lo votado el próximo martes dependerá la vida política de Coahuila en los próximos 7 años por lo menos.
Si bien cada Entidad es autónoma y libre para determinar sus propias reglas, tomando como parámetro a Nayarit y el Estado de México por la equivalencia de cargos públicos que habrán de renovarse en las mismas fechas (4 de junio de 2017), Coahuila no podrá alejarse de las pautas que aquellos aprobaron en su día.
En Nayarit, por ejemplo, a quien anhela ser candidato independiente a Gobernador se exige la firma (y copia de la credencial para votar) de una cantidad de ciudadanos equivalente a un 5% de la lista nominal. A un 15% del distrito si se desea ser diputado local, y a un 8% del Municipio para los que ansían ser alcaldes en localidades con más de 80 mil 001 electores.
En el Estado de México, por su parte, se exige un 3% de la lista nominal en todos los casos.
Y aquí viene lo interesante: en ambos estados los aspirantes dispondrán de 60, 45 y 30 días para recabar el apoyo ciudadano con sus propios recursos, y deberán haberse separado de su militancia partidista por lo menos tres años antes de solicitar su registro.
En caso de aplicar ese último criterio en Coahuila, presuntos interesados que han manifestado su intención, como Noé Garza y José Ángel Pérez, no tendrían cabida como candidatos independientes a ningún cargo público pues ambos renunciaron al PRI y al PAN en ese orden durante 2015.
Cortita y al pie
El Congreso de Coahuila mantuvo la pelota en su cancha el mayor tiempo que pudo. Sin embargo, se les acabó el veinte. A partir del martes la historia de Coahuila se escribe en el terreno de los ciudadanos; lo mínimo que debíamos esperar en una sociedad democrática.
La última y nos vamos
La responsabilidad recae, fundamentalmente, en tres diputados priístas: José María Fraustro, Francisco Tobías y Melchor Sánchez.
Sobre ellos, la espada de Damocles.
@luiscarlosplata