Adiós democracia
COMPARTIR
TEMAS
La democracia es un ideal que se está perdiendo por distintas razones. En algunos países como México, porque casi nadie la defiende. En Estados Unidos, porque se cansaron de promoverla sin éxito. En todas partes, porque es más barato comprar un voto que sacar a votar a un ciudadano.
En México hay más jóvenes buscando permiso para fumar mariguana dizque recreativa o usar cocaína entre amigos, que interesados en derechos humanos, democracia y justicia. La cohesión social no se centra en construir juntos un país grande y próspero sino se sustituye con “amigos” dispuestos a encubrirse los vicios mutuamente.
Cuando hace muchos años descubrí la distinción entre el juego finito de las elecciones y el juego infinito de la democracia como ideal, nunca pensé que un día estaría escribiendo sobre la derrota de ambos. El juego infinito se pierde cuando a nadie le interesa hablar de democracia y mucho menos defenderla. A eso llegamos ya.
A su vez, esa apatía colectiva se está imponiendo porque los juegos finitos con ganadores y perdedores llamados elecciones se han convertido en una broma pesada. Los votos se venden, se compran y hacen la diferencia. El ciudadano responsable pesa muy poco frente a las maquinarias de acarreos. En México nunca supimos de qué está hecha la democracia. Nótese la falta de libertad de expresión impuesta desde el INE, máximo organismo supuestamente ciudadano, funcionando como policía represor del ciudadano sin partido.
Adiós democracia cuando la sociedad se enfoca en la supervivencia. Aplaudo que este Congreso de Nuevo León nos clarificara el derecho a la auto-defensa del hogar y la familia, pero por lo demás sufrimos de un Estado-fiasco. Si la democracia es el cemento del Estado de derecho, la simulación de la democracia es su némesis.
En casi toda América Latina la democracia se muere porque nunca pudimos conectar democracia con prosperidad económica generalizada. Tenemos una OEA construida sobre pactos de derechos humanos y democracia que nunca han cobrado real vigencia.
Destaca la impotencia de la OEA para combatir la corrupción institucional masiva en países como México, Argentina, y Brasil; y mucho menos a los regímenes dictatoriales como el de Venezuela. Cuba, de dictadura expulsada se convierte en dictadura acusadora. El diario Granma considera a la OEA como una “plataforma de Washington para ocupar y expoliar a los pueblos de América”. Feliz coincidencia con nuestros gobernantes que siempre se ha burlado siempre del Pacto de San José. Ahora pagamos las consecuencias de una población apática.
En el resto del mundo la democracia languidece porque los Estados Unidos ya se cansaron de promoverla como solución de desarrollo para todos los pueblos del planeta. En Medio Oriente, por ejemplo, resultó en un descontrol total. La primavera árabe no fructificó. Al contrario, tumbó regímenes dictatoriales para sustituirlos con el Estado Islámico, terrorismo y fanatismo.
Estados Unidos, oficialmente, ya no exportará democracia. Inclusive rechaza todo lo que parezca un “Gobierno mundial”, como el Acuerdo de París al que Trump abandona para no tener amarres a su soberanía. Hace tiempo la democracia global fue sustituida, en todo caso, por el libre comercio internacional como nuevo ideal. Ahora Estados Unidos, ni a eso le apuesta. El tratado a revisión y el muro pa’ rriba, significa: arreglo mi casa, rásquense solos.
La escritura está en el muro y el mensaje clarísimo. Estamos solos frente a una probable revancha populista. Con el ideal democrático debilitado, es mucho más fácil que un populista llegue al poder. Y el final de esa película es conocido, largo y tortuoso. Repartir lo ajeno —o fumar mariguana para escapar la realidad siempre será más fácil que construir un país con trabajo y esfuerzo.
javirlivas@prodigy.net.mx