Acá y allá
COMPARTIR
TEMAS
No hay paso. Por el muro.
Ya no hay inmigrantes allá. Acá ya no hay inversiones de allá. No hay remesas de dólares desde allá. El Tratado no existe porque no logró ser equitativo con un ganar-ganar. Lo que se quiera vender allá, producido acá, se grava en la frontera y se encarece allá.
Éste sería un imaginativo escenario en próximos meses, suponiendo que el Poder Judicial de EU no ha activado suficientemente sus objeciones, sus denuncias de ilegalidad anticonstitucional. Suponiendo que los representantes del Parlamento no han parlado allá lo suficiente para impedir el cumplimiento de las firmadas órdenes ejecutivas.
Sólo el poder judicial de aquel país y las votaciones mayoritarias de los representantes pueden contrapesar, limitar, contener o cancelar las medidas ejecutivas que van resultando excesivas para el tamaño de la realidad.
Igualmente, podemos imaginar un escenario de México, despertado y unificado, que levanta su propio muro de empleos para evitar fugas y despedidas de trabajadores. Vuelve el capital golondrino especulativo. Empieza a hacerse productivo en su propia tierra, con múltiples inversiones. El muro de empleos bien remunerados es cada vez más alto.
Los deportados se transforman en una poderosa fuerza de trabajo. Se produce riqueza abundante con su experiencia en el extranjero. Ya no hay remesas, pero aumenta, en todos los deportados, la capacidad de consumo.
Se canceló un Tratado y han surgido ahora otros con Europa, Asia y Centro y Sudamérica, en que todos ganan. Los impuestos ya son recíprocos en un mismo nivel de carestías, de este lado y del otro.
No hay dependencias. Hay desarrollo. Ya nadie se va. Ni cerebros ni brazos. La distribución empieza a acompañar al crecimiento. Se habla ya, en todo el mundo, del “milagro mexicano”.
Se da una relación de autonomía y de mutuo respeto entre dos países que lograron una vecindad más saludable y más auténtica frente a un mundo admirado de la transición: de rispideces y rudezas a una convivencia no sólo pacifica, sino en valiosa reciprocidad complementaria, sin confusiones ni incomprensiones… Son escenario imaginarios, pero posibles. Y pueden llegar a ser no sólo probables, sino probados y comprobados.