5 tips para escuchar activamente
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"Demasiados ejecutivos piensan que son maravillosos con las personas porque hablan bien. No se dan cuenta de que ser maravillosos con las personas significa ‘escuchar bien’”- Peter Drucker
Escuchar es uno de los factores más importantes de la comunicación humana. Hoy en día una de las causas de distanciamiento o rompimiento en las relaciones, parejas y divorcios es el ‘no saber escuchar’. Resuena en ti el ‘no me escuchas o ¿no me pones atención?’.
Como sociedad hemos comenzado a aceptar que no nos sentimos escuchados, que escuchamos mal, que nos es difícil escuchar lo que otros dicen y que quisiéramos ser escuchados con más atención.
La dinámica de la comunicación verbal fluye cuando se habla y se escucha. Solemos pensar que es más importante lo que hablamos, porque hablamos para ser escuchados. Lo que valida realmente la conversación es esa reciprocidad entre hablar y escuchar, pero es el escuchar el que dirige todo el proceso de la comunicación.
Damos por hecho que lo que escuchamos es lo que se ha dicho y suponemos que decimos lo que las personas escuchan. Humberto Maturana afirma que existe una brecha crítica entre lo que se dice y se escucha, esta brecha es compuesta por los juicios e historias personales que tenemos y hacemos de la otra persona. El fenómeno no depende de lo que se entrega sino de lo que pasa con el que recibe esa información. Cada persona tiene una intención distinta al hablar y escuchar.
Escuchar, hablar e incluso oír son fenómenos diferentes; cuándo escuchamos generamos y creamos un mundo interpretativo. Podemos escuchar lo que se dice, lo que se expresa a través de posturas y el movimiento e incluso a través de los silencios. ¿Podrías observarte cómo eres en una conversación? Gastón Bachelard decía que cuando actuamos (y también cuando hablamos y escuchamos, esto es, cuando estamos en conversación) estamos constituyendo el ‘yo’ que somos. Lo hacemos tanto para nosotros mismos como para los demás. Permítete observar tu capacidad de escucha y cuáles son tus actitudes en toda conversación. ¿Te mantienes abierto al otro? ¿Tu mente está en otro lado? ¿Quisieras que terminara ya de hablar? ¿Te es fácil escuchar al otro?
Recuerda que a medida que mejores tu capacidad de escucha, mejorarán también tus relaciones y la forma en la que te perciben los que te rodean.
Para escuchar activamente…
1. Permite que el otro hable. A veces queremos ganarle la palabra o expresarle nuestro punto de vista. Espera y permítete escuchar con atención.
2. No interrumpas. La idea completa de lo que el otro quiere transmitirte por lo general se concluye hasta el final. Escucha mirando a los ojos y sin buscar interrumpir.
3. Permítete hacer preguntas para comprender los hechos, emitir juicios fundados y elaborar historias congruentes. Las personas cuando hablamos en ocasiones buscamos otro punto de vista de nuestros escuchas. Las preguntas no son malas, simplemente hay que esperar el tiempo y nunca preguntar enjuiciando al otro. Implementa el ¿qué opinas tú de eso? ¿Cómo lo percibes? ¿Te duele? ¿Lo harías diferente? ¿Qué aprendes de esto? Concéntrate para de verdad estar con la persona.
4. Respeta y acepta al otro. Interésate por los puntos del otro. Cada persona tiene una historia y puntos de vista distintos. Lo que tú consideras como la razón más válida puede no serlo para él.
5. Examínate ¿qué quieres transmitir a otros? En cada conversación, al saber escuchar podemos acompañar al otro en ese proceso, hacerle sentir escuchado, comprendido, acompañado. Busca relajarte, dedicarle ese tiempo y estar presente. Apoya a esa persona que escuchas a encontrar un aprendizaje, a ver las cosas positivas de la situación.
Al escuchar somos activos productores de historias. Escuchamos inquietudes, acciones e intenciones. Mejorar tu capacidad de escucha te permite interpretar y leer de forma más consciente a la gente que está a tu alrededor.