Adiós al padre Ojo de Agua
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Humberto Álvarez Saucedo se despidió este domingo de la feligresía de la parroquia del Ojo de Agua
Saltillo, Coahuila.- El sacerdote Humberto Álvarez Saucedo se despidió este domingo de la feligresía de la parroquia del Ojo de Agua. En un mensaje que tomó por sorpresa a quienes asistieron a las misas de este día, el religioso les informó que justo fue el último en el que estará a cargo de esta comunidad en el ámbito religioso.
Sin asimilar la noticia, al final de la misa los feligreses se acercaron para estrechar al sacerdote que por cinco años coordinó las actividades en este popular barrio de la ciudad. Con lágrimas y expresiones de sorpresa, la mayoría se mostró en contra de la determinación, pero afirmaron respetar la decisión que se haya tomado.
"No estamos de acuerdo con que lo cambien porque hemos trabajado muy bien con él pero ya no queda otra que resignarnos", comentó una vecina del Ojo de Agua, al tiempo que la gente seguía acercándose al padre a un costado del altar.
Según las personas que estuvieron en la misa, el sacerdote les pidió que no le preguntaran a dónde o qué tipo de labor pastoral realizaría ahora, ya que hasta el momento él mismo lo desconoce. Hace algunos meses se manejó información que afirmaba el cambio de Humberto Álvarez, sin embargo al parecer esto había quedado en el olvido, cosa que finalmente se dio.
El cambio tomó por sorpresa incluso a los familiares del sacerdote, "ni la familia sabíamos, ahorita nada más los que estuvimos en la misa porque los demás todavía no saben. Es que a él no le gustan las despedidas", dijo Mario Sánchez, que aseguró ser cuñado del religioso.
En tanto Humberto Álvarez pidió a la feligresía que no intentaran nada para hacer que se quedara en esta parroquia, les aseguró que durante los últimos meses esta labor comunitaria la hicieron de una buena manera. El sacerdote no emitió declaraciones a la prensa, "a los medios ya les di mucho" afirmó y seguido abordó su vehículo para retirarse del lugar.
Las casullas con imágenes de súper héroes, el agua bendita rociada con pistolas de juguete y demás distintivos de este sacerdote concluyeron al menos en la parroquia del Ojo de Agua, detalles bien recibidos por una parte de la feligresía, aunque no tanto por algunos otros.
Durante la estancia, de Álvarez en el Ojo de Agua, se realizaron entre otras cosas, la rehabilitación a la imagen del Santo Cristo del Ojo de Agua, la construcción de la capilla de San Juan Pablo II y está en labores la que será dedicada a San Juan Diego.