Adamari Lopez se enamoró de su pareja de baile

Show
/ 8 diciembre 2011

La actriz puertorriqueña terminó prendida de la sensualidad del famoso bailarín Toni Acosta, a quien conoció en el programa "¡Mira quién Baila!". ambos se encuentran en el departamento de ella, confesó una amistad cercana a la actriz

Tal parece que el amor volvió a tocar a la puerta de la actriz Adamari López, a quien se le ha visto muy feliz a lado del bailarín español Toni Acosta, a quien conoció durante "¡Mira quién Baila!", y aunque no han dado detalles a la prensa, se sabe que él dejó todo en su país natal para instalarse permanentemente en Miami y disfrutar de su pareja.

Al finalizar el show, ambos decidieron permaneces juntos, ya no sólo como pareja de baile, sino en una relación de noviazgo, a fin de evitar la separación e incluso, mientras que Acosta encuentra un lugar donde vivir, ambos se encuentran en el departamento de ella, confesó una amistad cercana a la actriz puertorriqueña.

Cabe destacar que hace algunos días, la pareja fue captada por un paparazzi cuando el español buscaba sacar su licencia de conducir en el estado de Florida, lo que hace suponer era el primer trámite que el bailarín está haciendo para instalarse en Miami al lado de su nuevo amor de quien no quiere separarse un segundo

Somos un medio de comunicación digital e impreso con cinco décadas de historia; nos hemos consolidando como uno de los sitios de noticias más visitados del Noreste de México.

Como medio multiplataforma, nos distinguimos por ofrecer contenidos confiables y de alta calidad, abarcando una amplia gama de temas, desde política y estilo de vida hasta artes y cultura. Además, ofrecemos artículos de análisis, entretenimiento y recursos útiles a través de formatos innovadores en texto, fotografía y video, que permiten a nuestros lectores estar siempre bien informados con las noticias más relevantes del día.

Nos enorgullece tener un equipo editorial compuesto por periodistas especializados en Derechos Humanos, Deportes y Artes.

COMENTARIOS

Selección de los editores