25 años después de Tiananmen, China paga un precio alto
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Pekín, China.- "Cada día es un 4 de junio", asegura Qi Zhiyong. La persecución sigue 25 años después de la masacre de Tiananmen. A pesar de la intimidación, la vigilancia y los malos tratos, el activista de 58 años quiere mantener vivo el recuerdo de uno de los capítulos más oscuros de la historia de China: "Estoy decidido a defender sin temor la verdad".
En la brutal intervención militar Qi Zhiyong perdió las dos piernas. Al día de hoy sigue sufriendo problemas graves de salud.
La seguridad del Estado sigue actuando con mano dura contra las voces críticas como la que Qi, encarcela a activistas y sus abogados, a pesar de que, de acuerdo con la Constitución, les asisten determinados derechos. "Han pasado 25 años, pero se sigue condenando a gente", dijo Qi Zhiyong. "El 4 de junio es una parte de la vida de nuestro pueblo", agregó el activista días antes de que vuelva a ser sometido a arresto domiciliario previo al señalado aniversario y por lo tanto se vea obligado a no hablar.
Tras semanas de manifestaciones, varios cientos de personas murieron aquella noche, cuando el Partido Comunista ordenó al Ejército de Liberación Popular que abriera fuego contra su propio pueblo en la plaza de la Paz Celestial, Tiananmen. "En todos estos años y, a pesar de todos los esfuerzos, no hubo justicia para nuestros familiares", lamentó Ding Zilin, cuyo hijo de 17 años murió tras recibir un disparo.
Esta profesora sigue al frente de las "Madres de Tiananmen". Sus exigencias de una investigación independiente y el castigo de los responsables siguen sin ser atendidas. La cúpula china no permite ningún tipo de análisis de lo ocurrido y desde hace años defiende su actuación con la misma fórmula: "El Partido y el gobierno tomaron medidas decisivas, que fueron las correctas para hacer frente a los disturbios y que han proporcionado estabilidad a largo plazo a China".
Las esperanzas de que la nueva cúpula con el jefe de Estado y de gobierno Xi Jinping pudiese modificar el rumbo que se ha mantenido hasta ahora se han visto amargamente frustradas. Y ha sido peor todavía: Los nuevos dirigentes actúan si cabe con más fuerza, lo que se ve en la elevada cifra de detenciones registradas desde que llegaron al poder en 2013, debido al temido fantasma del derrumbe de la Unión Soviética con Mijail Gorbachov.
"Hasta la fecha Xi Jinping ha apostado más por la represión que por las reformas", apunta Verena Harpe del grupo defensor de los derechos humanos Amnistía Internacional. De cara al aniversario, la cúpula china quiere impedir cualquier acto de recuerdo del aniversario con una "oleada de persecuciones".
Y parece también que el resto del mundo preferiría olvidar la masacre, según apunta el ex líder estudiantil Wuer Kaixi, quien entonces tuvo que refugiarse en el extranjero y actualmente vive exiliado en Taiwan. "El mundo está a la cola para peregrinar a Pekín y estrechar la mano de los -en mi opinión- asesinos, a fin de poder hacer negocios y tener acceso a su mercado o a veces incluso para poder ser rescatado de la crisis económica", dijo Wuer, de 45 años, en entrevista en Taipei.
La esperanza de que el desarrollo económico y el bienestar fuese a conducir de algún modo a la democracia no se cumple, advierte Wang Dan. La segunda potencia económica no es una verdadera economía de mercado, sino que está monopolizada por el Estado y una economía politizada, lo que también explica la corrupción.
Si hace 25 años los líderes estudiantiles creían que el Partido Comunista se podía a reformar desde dentro, ahora son más que escépticos con esta idea. El régimen comunista representa hoy los intereses de codiciosos, de los "príncipes" (hijos de dirigentes) y tecnócratas, que están saqueando el país, dijo.
"Los problemas se van superando en la medida en la que se van reprimiendo los conflictos en el país, para conceder estabilidad", dijo Wang Dan.
"Los problemas no se pueden superar si no se abordan sus causas sistémicas", agregó. El precio de la estabilidad conseguida es elevado y "un día podría ser impagable".
El Movimiento Democrático de 1989
El Movimiento Democrático se acabó con la masacre del 4 de junio de 1989. La cúpula comunista habló de una "rebelión contrarrevolucionaria", pero después se pasó a denominar lo ocurrido como "disturbios políticos".
El movimiento de alcance nacional surgió el 15 de abril de 1989 de asambleas espontáneas de estudiantes con motivo de la muerte dos años antes del líder reformista del partido Hu Yaobang. En cientos de ciudades hubo manifestaciones. Trabajadores, sindicalistas, profesores, periodistas y funcionarios se sumaron a los estudiantes.
Exigía, entre otros, que se rehabilitara a Hu Yaobang, que luchó contra la corrupción, por la libertad de prensa, así como por la publicación de las fortunas de los dirigentes del partido y sus familias.
El 13 de mayo de 1989, cientos de estudiantes de la universidad de Pekín iniciaron una huelga de hambre. La cúpula comunista estaba dividida y paralizada sobre cómo debía hacer frente al Movimiento.
El líder del Partido Zhao Ziyang simpatizaba con los estudiantes y abogó por hacer concesiones, pero la línea dura que apoyaba a los políticos más poderosos, así como al presidente de la Comisión Militar, Deng Xiaoping, se impuso y derrocó a Zhao Ziyang.
El 20 de mayo de 1989 se impuso por primera vez desde la formación de la República Popular en 1949 el estado de excepción en Pekín.
Cientos de soldados fueron enviados a Pekín y en la noche del 4 de junio avanzaron tropas y tanques para despejar la céntrica plaza de Tiananmen. En su camino abrieron fuego contra manifestantes pacíficos que iban desarmados. También en otras ciudades se reprimió el Movimiento.
¿Cuántas personas murieron realmente en 1989 en Pekín?
Cientos de personas murieron durante la violenta represión al Movimiento Democrático en 1989 en Pekín, aunque incluso 25 años después se desconoce la cifra exacta.
A veces reportes occidentales mencionan más de mil o "posiblemente miles" de muertos, pero no hay pruebas sólidas ni comprobables.
El gobierno de China se refirió tras la masacre a "casi 300" o "más de 200 muertos". Las "Madres de Tiananmen" documentaron hasta ahora la muerte de 202 personas. Pero muchas víctimas podrían estar sin identificar hasta hoy, porque sus familias temían represalias.
Miles resultaron heridos. En un reporte oficial poco después de la intervención militar se habló de 6,000 soldados heridos y 3,000 civiles lesionados. Pero los observadores consideraron que las cifras oficiales sobre militares heridos eran exageradas.
Por Andreas Landwehr/DPA