La vez que digo hice lo que hago siempre: al levantar el vuelo el avión me santigüé. Volvió la vista hacia mí el moderno sacerdote y me miró como diciendo: ‘¿Y este loco?’
Al día siguiente se presentó a decir su primer sermón. Subió al púlpito y pronto descubrió, sentado en la primera fila y mirándolo con expectantes ojos críticos, al sabidor del pueblo
Durante el día las moscas revolaban en su torno, tenaces, y con su bordoneo lo irritaban, y por las noches la música y los piquetes de los zancudos lo hacían desesperar
Ya las campanas no hablan como antes. Ya no creemos que sirven para alejar la amenaza de los rayos y para conjurar a los demonios. Ya no se escucha el Ángelus, ni se detiene la gente para persignarse
Una ciudadana argelina, continúa con sus tradiciones religiosas y platica con VANGUARDIA sobre el significado de este mes sagrado para los musulmanes: ‘Ayuda a conocer el hambre del otro’