Apuntes sobre el ‘debate’
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Los ciudadanos que pudimos estar conectados a internet, televisión o a una señal de radio –señal que por cierto funcionó con suspensiones en su transmisión– nos acercamos a las personas que contienden para gobernar el Estado de Coahuila. Ellas, con claras intenciones o con todo el deseo de perpetuar un poder que les es heredado o transferido, colocaron frente a nuestros ojos propuestas sobre seguridad y justicia, educación y salud pública. Sin embargo, por encima de las propuestas, sobresalieron el encono y la crítica de unos hacia otros; las fotografías, las pruebas exhibidas con anterioridad y los descalificativos.
Fue un debate altamente acotado que, por supuesto, enfría el espíritu de esta palabra y la deja coja. Sin embargo, es un triunfo del cumplimiento mínimo que debe acatarse en materia de normatividad electoral.
El modelo elegido para el “debate” muestra cómo para un ciudadano sigue siendo imposible –al menos en este modelo– permear sus preguntas. Todo estuvo medido y acordado de antemano entre candidatos e IEC. La ciudadanía sigue estando fuera. Sólo sirve para ser espectadora –o eso han creído los partidos hasta ahora– y para luego de escuchar estas propuestas, votar. Y se acabó.
Armando Guadiana, Javier Guerrero, Guillermo Anaya, Mary Telma Guajardo, Luis Horacio Salinas, José Ángel Pérez y Migue Ángel Riquelme conforman las opciones que los ciudadanos tomaremos el próximo 4 de junio.
Me quedó una sensación de disgusto, pues todos hablaron del estado actual de las cosas como si ocurrieran por causas desconocidas, ajenos a ellos; como si sólo fueran testigos de una devastación política y del ejercicio público, y no participantes y generadores o mediadores en todos los casos, gracias a sus puestos en puntos decisivos de la vida pública y/o empresarial. Ahora resulta que esta entidad es un desastre y nadie pudo hacer nada. Hasta ahora claro, que requieren nuestro voto.
Llama la atención que incluso Miguel Ángel Riquelme se atreviera, por única vez en el “debate”, a decir que algo no funcionaba; atinó al elegir el sistema de salud pública. Cómo estarán las cosas, o qué le habrán dicho sus asesores, para que haya concedido una falla en el sistema del que defiende su continuidad.
Las opciones, todas, no son halagüeñas. Sin embargo, el voto es un paso. ¿Estará Coahuila preparada para la alternancia? Es la pregunta que ronda luego de este primer debate, y por supuesto, otra pegunta es, si la corrupción, tan mencionada por seis de los siete contendientes, podrá tener fin.